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La península de Corea: dos mundos separados por el paralelo 38

Un análisis de la economía, los recursos naturales y la potencia militar de Corea del Norte y Corea del Sur

ARTÍCULOASIAGEOPOLÍTICAECONOMÍARECURSOS NATURALES

José Manuel Cueto González

11/17/202419 min read

Durante tres años (1950-1953), en la península de Corea se enfrentaron, en un sangriento conflicto bélico, dos concepciones ideológicas de entender el mundo: el norte comunista y el sur capitalista.  El 27 de julio de 1953, Corea del Norte, China y Estados Unidos firmaron el «Acuerdo de Armisticio de Corea» que puso fin a los enfrentamientos entre ambas coreas y sus aliados (Unión Soviética y China de Corea del Norte y el Comando de las Naciones Unidas, liderado por los Estados Unidos, de Corea del Sur). Sien embargo, Corea del Sur se opuso a la división de la península y no accedió a firmar el armisticio ni un tratado de paz formal. Los combates terminaron, pero la guerra no, al menos, técnicamente. El armisticio mantuvo la división de la península de Corea, que desde 1948, habían establecido Estados Unidos y la URSS, tomando como referencia el paralelo 38 norte. Este paralelo es, a día de hoy, una de las fronteras del mundo donde mayor contraste podemos encontrar entre el nivel de vida de los ciudadanos de uno u otro lado.

La península de Corea es uno de los pocos lugares en el mundo donde la historia reciente se ha dividido de forma tan marcada y persistente en dos realidades completamente opuestas. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y la posterior Guerra de Corea, el paralelo 38 ha representado una frontera que no solo separa dos naciones, sino dos sistemas económicos, políticos y sociales que han evolucionado en direcciones radicalmente opuestas.

Corea del Sur, con una economía pujante y un enfoque de desarrollo abierto al mundo, ha conseguido posicionarse —partiendo de  una economía tercermundista al final de la guerra— entre las principales economías mundiales. En 2023, Corea del Sur se consolidó como la duodécima economía del mundo por volumen del PIB (1,5 billones de euros). Por su parte, Corea del Norte ha quedado aislada, bajo un régimen que ha priorizado la autarquía y el militarismo sobre el crecimiento económico, lo que llevó a que su economía se posicione, ese mismo año, como la 135 por volumen del PIB (25.749 millones de euros). Estas diferencias han dado lugar a una de las mayores disparidades de ingresos y calidad de vida a nivel mundial, convirtiendo la península en el escenario perfecto para el análisis y debate de cómo dos países con una economía muy similar al finalizar la guerra y disponiendo  el norte de la totalidad de los recursos minerales, están separados, 70 años después, por un abismo.

Localización península de Corea

Geografía

La península de Corea se extiende unos 1100 kilómetros desde el continente asiático hasta el Estrecho de Corea y unos 300 km desde el Mar Amarillo (al oeste)  hasta el Mar de Japón (al este). Cuenta con una superficie total de 222.000 Km2. Su ubicación estratégica ha sido históricamente clave para su desarrollo e importancia geopolítica, situándola entre potencias como China, Rusia y Japón. La península limita al norte con la República Popular China y Rusia y al sur con el estrecho de Corea, que la separa de Japón y conecta ambos mares. Este entorno geográfico ha influido en su historia, economía y en el reparto de recursos naturales, que se distribuyen de manera desigual entre el norte y el sur.

Corea del Norte, también llamada República Popular Democrática de Corea, está situada en el norte de la península. Cuenta con una población de 26.160.821 habitantes y una superficie de 120.538 km2 (55 % de la superficie total de la península). Limita al norte con China y Rusia, al este con el Mar de Japón, al oeste con el Mar Amarillo y al sur con Corea del Sur. Su capital, Pyongyang, con aproximadamente 3 millones de habitantes, es la ciudad más poblada. Destacan otras ciudades como Hamhung (559.056 habitantes), Nampho (455.000 habitantes) y Sun-chon (437.000 habitantes). Su relieve se caracteriza por un terreno montañoso, especialmente al norte, donde se alza la montaña más alta, el Paekdu-san (2744 m). Sus principales ríos son el Tumen y el Yalú.

Por otro lado, Corea del Sur, también llamada República de Corea, está situada al sur de la península de Corea. Cuenta con una población de 51.712.619 de habitantes y una superficie de 99.687 km2 (45 % de la superficie total de la península). Limita al norte con la zona desmilitarizada que la separa de Corea del Norte, al este con el Mar de Japón, al oeste con el Mar Amarillo y al sur con el Estrecho de Corea. Su capital, Seúl, cuenta con aproximadamente 9 millones y medio de habitantes, siendo la la ciudad más poblada. Destacan Busán (3.678.55 habitantes), Incheton (2.628.000 habitantes) y Daegu (2.566.540 habitantes). El país cuenta con cerca de 2400 islas e islotes. Se caracteriza por tener un clima más templado y llanuras fértiles en la región occidental y sureña, donde se concentra la mayor parte de su actividad agrícola y población. Los principales ríos son el Han, el Kum, que desembocan en la costa oeste y el Nakdong que lo hace en el sur.

Geografia península de Corea

Historia

La historia de la península de Corea se remonta a miles de años, con una rica tradición cultural y política que ha sido moldeada por la influencia de sus vecinos, especialmente China y Japón. Desde los primeros reinos como Goguryeo, Baekje y Silla, hasta la consolidación de la dinastía Joseon en 1392, Corea ha experimentado un desarrollo propio que la distinguió como una de las civilizaciones más avanzadas de Asia en áreas como la ciencia, la filosofía y las artes.

Durante el siglo XIX, el interés de las potencias extranjeras en Asia creció de manera acelerada, y Corea se encontró en el centro de una serie de conflictos y tensiones geopolíticas. En 1910, tras la Guerra Ruso-Japonesa, el Imperio de Japón anexionó Corea, y el país se mantuvo bajo dominio colonial japonés hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945. Esta ocupación fue una etapa dolorosa para el pueblo coreano, marcada por la explotación económica, cultural y social.

Tras la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial, las tropas soviéticas y estadounidenses ocuparon el norte y el sur de la península, respectivamente, dividiendo Corea en dos zonas de influencia. En 1948, se establecieron dos gobiernos separados por el paralelo 38 norte: la República de Corea en el sur, apoyada por Estados Unidos, y la República Popular Democrática de Corea en el Norte, bajo influencia soviética. Con la desaparición de las potencias del Eje, ambas naciones quedaron abocadas a un conflicto ideológico entre el comunismo y el capitalismo. Corea del Norte se convirtió en un estado socialista liderado por Kim Il-sung y Corea del Sur en un estado capitalista liderado por Syngman Rhee.

Tras una serie de disputas fronterizas a ambos lados del paralelo, en junio de 1950, Corea del Norte invadió a su vecino del sur. Esta invasión desencadenó la llamada Guerra de Corea. En ella, además de las dos coreas, participaron, en auxilio de de Corea del Sur, un ejército multinacional amparado por las Naciones Unidas y, en apoyo de Corea del Norte, China y la URSS.  Aunque la guerra concluyó el 27 de julio de 1953 con la firma de un armisticio por parte de Corea del Norte, China y Estados Unidos, ya que Corea del Sur se opuso a la división de Corea y no firmó ningún tratado de paz formal, ambos países continúan en la actualidad en un estado técnico de guerra. Se estima que en el conflicto fallecieron más de cuatro millones de civiles, además de un gran número de soldados estadounidenses y chinos.

Desde entonces, las dos coreas han seguido caminos divergentes: Corea del Sur adoptó un modelo económico de mercado y ha experimentado un notable crecimiento, mientras que Corea del Norte, bajo un régimen comunista, ha permanecido aislada y enfocada en la autosuficiencia y el desarrollo militar. Esta división no solo es una herida histórica, sino que ha configurado el presente de la península, donde dos sistemas opuestos coexisten en un mismo territorio.

Recursos naturales

La península de Corea cuenta con recursos naturales diversos, pero su distribución y explotación varían drásticamente entre Corea del Norte y Corea del Sur debido a factores geológicos, económicos y políticos

Corea del Norte es rica en recursos minerales, poseyendo grandes reservas de carbón (600 millones de toneladas), hierro (5000 millones de toneladas), zinc, cobre, plomo, oro, magnesita (6000 millones de toneladas) y tungsteno (250.000 toneladas), así como elementos estratégicos como el uranio. Estas riquezas subterráneas son vitales para su economía, particularmente para la industria pesada y el sector militar. Según la Corporación de Recursos de Corea del Sur, ya que Corea del Norte no facilita datos al considerar los recursos naturales estratégicos, se estima que el país posee, aproximadamente unas reservas minerales por valor de 6 billones de dólares (20 veces más que Corea del Sur). Sin embargo, Corea del Norte tiene serias limitaciones tecnológicas y financieras para explotar eficazmente estos recursos, y las sanciones internacionales complican su exportación, lo que afecta a su desarrollo económico. La explotación de sus recursos se realiza principalmente a nivel estatal y con poca inversión en tecnología moderna, lo que limita su eficiencia y sostenibilidad.

Corea del Sur, en contraste, posee muy pocos recursos minerales y depende en gran medida de las importaciones para satisfacer sus necesidades industriales y energéticas. Aunque hay pequeñas reservas de carbón y tungsteno, estas no son suficientes para abastecer su industria, por lo que el país se ha orientado hacia el desarrollo de tecnologías avanzadas y la exportación de productos manufacturados. Sin embargo, Corea del Sur ha aprovechado estratégicamente sus abundantes recursos marítimos y su acceso a la pesca, así como su potencial para las energías renovables, especialmente la eólica y la solar, en respuesta a la transición energética.

A pesar de esta escasez de recursos naturales, Corea del Sur ha logrado consolidarse como una economía avanzada, demostrando que el capital humano, la innovación y el comercio pueden compensar en gran medida la falta de recursos naturales. Corea del Norte, en cambio, sigue dependiendo de la explotación de sus recursos minerales y energéticos para sostener su economía, aunque sin un desarrollo efectivo debido a su aislamiento y falta de inversión.

Economía

Las diferencias entre las economías de Corea del Norte y Corea del Sur son abismales. Mientras Corea del Norte opera bajo un modelo centralizado y de autosuficiencia, Corea del Sur ha seguido un camino de apertura económica, orientado al mercado global. En términos de PIB per cápita, la disparidad es notable: el PIB per cápita de Corea del Sur supera los 30.000 €, mientras que en Corea del Norte es de unos 900 €, una diferencia que refleja tanto el desarrollo económico como el nivel de vida de sus habitantes.

La estructura económica también difiere drásticamente. Corea del Norte sigue enfocada en la industria pesada y la militarización, mientras que Corea del Sur lidera en sectores tecnológicos y de innovación. Esta divergencia es consecuencia directa de sus sistemas políticos y de su historia: mientras el sur ha apostado decididamente por la educación, como base de su desarrollo,  el comercio y la inversión extranjera, el norte ha mantenido una economía cerrada y controlada por el Estado. En términos de comercio, Corea del Sur se beneficia de su posición en el mercado global, con grandes socios comerciales como Estados Unidos, China y la Unión Europea, mientras que Corea del Norte depende casi exclusivamente de China (el 99 % de su comercio exterior en 2022 fue con China).

Esta desigualdad económica no solo representa una brecha en riqueza y desarrollo, sino que también afecta profundamente a la calidad de vida y a las oportunidades de sus ciudadanos, reforzando la división entre estos «dos mundos» en una misma península.

La imagen anterior muestra una comparación significativa entre los niveles de PIB y PIB per cápita de Corea del Norte y Corea del Sur, resaltando la gran disparidad económica entre ambos países. En cuanto al PIB, la economía surcoreana supera con creces a la norcoreana, alcanzando más de 1,5 billones de euros de 2018 a 2023, mientras que Corea del Norte apenas llega a los 25 mil millones de euros en el mismo periodo (Fuente: Instituto de Estadística de la República de Corea). Esta diferencia es aún más marcada en el PIB per cápita: mientras que Corea del Sur supera consistentemente los 30.000 euros por persona, Corea del Norte apenas alcanza los 1.000 euros en 2023. Estos datos reflejan la enorme brecha en términos de desarrollo económico, calidad de vida y capacidad productiva, subrayando los efectos de sus sistemas económicos y el acceso limitado de Corea del Norte al comercio y la inversión internacionales.

El aumento del PIB de Corea del Norte en 2023 está relacionado, en parte, con el apoyo militar y logístico que el país lleva brindando a Rusia en el conflicto con Ucrania. Este respaldo, sustanciado mediante el suministro de armamento,  municiones y, en estos momentos, personal militar, le ha permitido a Corea del Norte obtener unos significativos ingresos económicos, aliviando en parte las sanciones internacionales.

La economía de Corea del Sur depende en gran medida del comercio exterior, posicionándose como una de las principales economías exportadoras del mundo. La infografía muestra que en 2022 las exportaciones más destacadas de Corea del Sur incluyeron circuitos integrados (121 mil millones de dólares), petróleo refinado (61,4 mil millones), automóviles (52,1 mil millones), dispositivos electrónicos como teléfonos y televisores (24,2 mil millones) y accesorios para vehículos (20 mil millones). Estas exportaciones reflejan la fortaleza de Corea del Sur en tecnología avanzada y manufactura de alta calidad. En el lado de las importaciones, los productos más relevantes fueron el petróleo crudo (89,1 mil millones de dólares), el gas (46,9 mil millones) y el carbón (28,8 mil millones), evidenciando la alta dependencia del país en la importación de recursos energéticos para sostener su industria. Los principales socios comerciales de Corea del Sur son China, Estados Unidos y Japón, países con los que mantiene acuerdos estratégicos que facilitan el acceso a mercados clave y garantizan el abastecimiento de insumos esenciales. Esta relación comercial permite a Corea del Sur mantener su competitividad en el mercado global y reducir las limitaciones derivadas de su escasez de recursos naturales.

Corea del Norte mantiene una economía cerrada y fuertemente controlada por el Estado, con limitadas relaciones comerciales debido a las sanciones internacionales. Sin embargo, el país sigue comerciando con algunos socios estratégicos. En 2022, las exportaciones norcoreanas se concentraron principalmente en minerales y metales, como el mineral de tungsteno (30,9 millones de dólares), el petróleo refinado (27,3 millones), las ferroaleaciones (25,3 millones), la electricidad (20,4 millones) y el mineral de molibdeno (13,7 millones). Estos productos reflejan los recursos naturales con los que cuenta Corea del Norte y su intento de aprovechar su riqueza mineral para obtener divisas extranjeras.

En cuanto a las importaciones, Corea del Norte depende en gran medida de productos esenciales como el aceite de soja (48,8 millones de dólares), neumáticos (44,3 millones), medicamentos (41,3 millones), telas (34 millones) y arroz (33,2 millones). Estos datos muestran una economía que importa principalmente bienes de primera necesidad, probablemente para cubrir las deficiencias de producción local en sectores estratégicos. China, los Países Bajos e India figuran entre sus principales socios comerciales, siendo China, con el 99 % de los intercambios internacionales, el país más importante debido a su proximidad y a su papel como principal apoyo económico de Corea del Norte en el contexto de aislamiento global.

Poder militar en la península de Corea

Las estructuras empresariales de Corea del Norte y Corea del Sur reflejan las profundas diferencias de sus sistemas económicos. En Corea del Norte, la economía está dominada por empresas estatales que operan bajo un estricto control gubernamental, en un sistema centralizado y planificado. La mayoría de estas empresas se concentran en sectores como la minería, la energía y la industria militar, y funcionan de acuerdo con las directrices políticas del gobierno, con escasa o nula participación privada. En cambio, Corea del Sur ha desarrollado un modelo empresarial dinámico y orientado al mercado, donde predominan los chaebol, grandes conglomerados familiares con presencia en distintos sectores económicos y con gran implantación  internacional y un papel clave en la economía surcoreana. Entre los chaebol más conocidos se encuentran Samsung, Hyundai, LG y SK Group, que operan en sectores tan variados como la tecnología, la automoción, la construcción y la petroquímica. Estos conglomerados no solo han impulsado el crecimiento económico del país, sino que también lo han posicionado como una potencia tecnológica y exportadora en el ámbito global. Así, mientras que la economía norcoreana depende de empresas estatales y es limitada en términos de innovación y desarrollo, la economía surcoreana se beneficia de grandes corporaciones privadas que compiten y lideran en mercados internacionales.

Chaebol Samsung

De acuerdo con el portal especializado Global Firepower, las dos Coreas presentan una notable disparidad en términos de poder militar, basada en su clasificación en el índice PwrIndx, que evalúa la capacidad bélica de 145 países. Corea del Sur ocupa el quinto lugar, con una impresionante puntuación de 0,1416 (donde una puntuación de 0,000 se considera «perfecta»), lo que la sitúa entre las cinco principales potencias militares del mundo. Con un presupuesto anual de defensa de 44.700 millones de dólares, el ejército surcoreano dispone de recursos avanzados y modernos para sostener su capacidad de defensa. En contraste, Corea del Norte se ubica en el puesto 36, con un índice PwrIndx de 0,5313 y un presupuesto anual de aproximadamente 3.500 millones de dólares. Aunque menos avanzado en términos de tecnología y recursos financieros, el ejército norcoreano se caracteriza por su tamaño y su enfoque en capacidades disuasivas, particularmente en el ámbito nuclear. Esta diferencia en clasificación y presupuesto refleja dos enfoques militares muy distintos, pero ambos orientados a la defensa y a la disuasión mutua en una de las zonas más militarizadas del mundo.

Corea del Sur se presenta como una de las mayores potencias militares del mundo, contando con una fuerza bien equipada y modernamente organizada. Su ejército está compuesto por 600.000 efectivos activos y 3.100.000 reservistas, complementados por 120.000 paramilitares, lo que asegura una capacidad de respuesta masiva en caso de conflicto. En términos de poder aéreo, Corea del Sur dispone de 1576 aeronaves y 870 helicópteros, lo cual le otorga una considerable ventaja táctica. Su poder terrestre incluye 2501 carros de combate, 4863 piezas de artillería remolcada y 581 lanzacohetes, garantizando una defensa robusta en tierra. A nivel naval, cuenta con 22 submarinos y un total de 200 activos navales, lo que fortalece su control en las aguas circundantes. Con esta amplia capacidad militar y un presupuesto en defensa de 44.700 millones de dólares, Corea del Sur se posiciona como un adversario formidable y una pieza clave en la estabilidad de la península coreana y del este asiático.

Corea del Norte mantiene una de las mayores fuerzas militares en términos numéricos, con una estructura que se enfoca en el volumen de tropas y en una gran cantidad de equipamiento militar. Su ejército está compuesto por 1.320.000 efectivos activos y 560.000 reservistas, apoyados además por 100.000 paramilitares. En el ámbito aéreo, cuenta con 951 aeronaves y 225 helicópteros, lo que refuerza su capacidad de defensa, aunque sus equipos tienden a estar menos actualizados tecnológicamente. La potencia terrestre de Corea del Norte se evidencia en su inventario de 5845 carros de combate y 2920 lanzacohetes, que complementan una importante artillería remolcada de 4500 piezas. En el área naval, cuenta con 35 submarinos y un total de 505 activos navales, siendo esta rama fundamental para su estrategia de defensa y su poder disuasivo en la región. A pesar de contar con un presupuesto limitado en comparación con Corea del Sur, Corea del Norte mantiene su presencia militar con un enfoque cuantitativo, buscando compensar la falta de tecnología avanzada con una presencia masiva de tropas y equipamiento. A este armamento hay que añadir los 14 modelos de misiles balísticos operacionales capaces de montar armas nucleares y las armas nucleares con las que cuenta. Según estimaciones del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), se cree que el país cuenta actualmente con entre 40 y 50 ojivas nucleares, lo que le otorga un poder de intimidación y desestabilización tanto en  la península de Corea como en el resto del mundo como nunca antes visto.

Conclusiones

Daron Acemoglu y James A. Robison, premios Nobel de economía 2024, en su libro Por qué fracasan los países cuentan la historia de los hermanos surcoreanos Won, que ejercían como médico y farmacéutico en Seúl. En junio de 1950 Corea del Norte cruzó el paralelo 38 e invadió Corea del Sur haciéndose en muy pocos días con su capital, Seúl. Esta conquista duró muy poco, ya que el ejército surcoreano apoyado por las Naciones Unidas al mando del General MacArthur tomaron la capital. El ejército norcoreano, en su retirada, se llevó al médico al norte, mientras que su hermano consiguió esconderse y evitó así ser reclutado. Los hermanos no se volvieron a ver hasta el año 2000, gracias a un programa para la reunificación familiar. Habían pasado 50 años desde aquel suceso. Cuando se encontraron, el farmacéutico, que disfrutaba de una excelente calidad de vida proporcionada por el elevado crecimiento económico que había experimentado el país desde el final de la guerra, le preguntó al médico cómo había sido su vida al norte del paralelo 38. Este le contestó que tenía un buen trabajo como médico de las fuerzas aéreas aunque reconoció no tener coche ni teléfono móvil ni fijo. El farmacéutico, al ver que sus compañeros del norte les pedían dinero a sus familiares del sur, le ofreció una cierta cantidad pero su hermano le dijo: «Si vuelvo con dinero el Gobierno me lo pedirá, así que quédatelo». Después, al ver que tenía el abrigo muy raído, le ofreció cambiárselo por uno nuevo. El médico le contestó que no podía hacerlo ya que era un préstamo del Gobierno para este encuentro y tenía que devolverlo. Aunque el médico había dicho que vivía bien, su hermano se percató que, además de las evidentes carencias materiales, presentaba un aspecto físico muy demacrado y daba la impresión de estar continuamente incómodo y nervioso como si alguien lo estuviera espiando.

Este relato nos muestra la realidad de los dos mundos que separa el paralelo 38. Por un lado, la Corea del farmacéutico (Sur), un país que optó por el capitalismo abrazando una economía de mercado basada en la propiedad privada, la innovación y la apertura al comercio internacional. Donde los ciudadanos pueden pedir préstamos a los bancos y a los mercados financieros para montar empresas e hipotecas para comprar casas y ser sus dueños legítimos. Las empresas extranjeras pueden asociarse con empresas locales para implantarse en el país y así poner a disposición de los ciudadanos nuevos bienes y servicios. Este sistema ha permitido al país, en solo 70 años, pasar de una economía que estaba a nivel del África subsahariana,  a convertirse en una de las economías más dinámicas del mundo, impulsada por conglomerados industriales (chaebols) y un modelo democrático que fomenta la participación ciudadana y las libertades individuales. Lo que ha llevado al país a convertirse en la decimosegunda potencia económica del mundo con un PIB en 2023 de más de 1,5 billones de euros y una renta per cápita de 30.518 euros. Así mismo, Corea del Sur tiene un índice de desarrollo humano (IDH) de  0,929 ocupando el puesto décimo noveno en el mundo en cuanto a ciudad de vida se refiere  

Sin embargo, la Corea del médico (Norte) abrazó el comunismo Juche (ideología que persigue la autarquía), construyendo una economía centralizada y totalmente planificada en la que el Estado controla todos los recursos y decisiones económicas, priorizando la autosuficiencia y subordinando las libertades individuales al colectivo. Este modelo, acompañado de un sistema político autoritario liderado por una dinastía, ha llevado al país a un aislamiento internacional, una economía débil y unas pésimas condiciones de vida de su población. Corea del Norte ocupa el puesto número 135  por volumen del PIB, con aproximadamente 25.000 millones de euros y una renta per cápita que no llega a los 1000 euros, situándose a la altura de países como Botsuana, Benín y Jamaica. Con un índice desarrollo humano de 0,581, posicionado al país en el puesto número 150 del mundo en cuanto a calidad de vida. Las diferencias entre ambos sistemas no solo han producido una brecha económica abismal, sino también profundas divergencias en los niveles de vida, libertades y relaciones internacionales.

La historia económica de las dos Coreas ofrece un ejemplo contundente de las teorías de Adam Smith y David Ricardo. Smith, con su idea de la «mano invisible» y la importancia de los mercados abiertos, y Ricardo, con su teoría de las ventajas comparativas, destacan cómo el comercio libre y el capitalismo pueden impulsar el desarrollo. Corea del Sur, al abrazar estas ideas, ha logrado construir una economía robusta, diversificada y orientada al mercado global, que ha elevado considerablemente el nivel de vida de su población. En contraste, Corea del Norte, al implementar el comunismo Juche, ha cerrado sus puertas al comercio y a la cooperación internacional, quedando atrapada en un modelo económico autárquico y rígido que ha llevado al estancamiento y al deterioro de las condiciones de vida de sus ciudadanos. Aunque ningún sistema es perfecto, el contraste entre ambos países evidencia que la apertura económica y la integración global ofrecen mayores oportunidades de prosperidad que el aislamiento y el control estatal extremo.