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Israel: un milagro económico
Artículo sobre la historia, geografía y economía de Israel
ARTÍCULOISRAELORIENTE MEDIOGEOPOLÍTICAECONOMÍA
José Manuel Cueto González
12/30/202315 min read


Israel, un país que, a día de hoy, está inmerso en una guerra que combate en 7 frentes: Gaza, Cisjordania, Irán, Yemen, Siria Líbano e Irak. El conflicto, que comenzó hace más 80 días contra Hamás, está adquiriendo una escala regional de dimensiones impredecibles.
El país cuenta con una población que apenas supera los 9 millones y medio de habitantes, donde, aproximadamente, el 73,1 % practican el judaísmo; está rodeado, excepto por el oeste (Mar Mediterráneo), por países de religión musulmana cuya población asciende a unos 350 millones. Posee una superficie aproximada de 20.000 km2, donde más de la mitad está dominada por el desierto del Néguev y el de Judea. Inmerso en una concatenación de enfrentamientos bélicos con sus vecinos (5 guerras desde su fundación en 1948) en el año 2022 Israel, presentó un PIB per cápita de 42.594,32 $ —Banco Mundial—, que lo sitúa en el décimo cuarto puesto a nivel mundial, justo por detrás de Canadá.


Historia
En el Antiguo Testamento ya se hacía mención a Israel como «La Tierra Prometida» que Dios prometió al profeta Abraham y a sus descendientes: «Yo soy Jehová, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en la que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia» (Génesis 28:13). Asimismo, el Génesis (15:18), hace una descripción geográfica de su situación y la posiciona como la porción de tierra situada entre la costa de Egipto y la orilla del Éufrates. También en el Tanaj, libro sagrado del judaísmo, escrito hace 2000 años, se acota la Tierra Prometida acercándola a la extensión del actual Israel.
Su historia se remonta a la antigüedad —aproximadamente hace 4000 años—, cuando la región era conocida como Canaán y estaba habitada por diferentes tribus y pueblos. En el siglo XI a.C., el rey David estableció su capital en Jerusalén y unificó las tribus en un solo reino. Su hijo, el rey Salomón, construyó el Templo de Jerusalén, que se convirtió en un lugar sagrado para los judíos. Posteriormente se produjo una escisión entre los habitantes del norte y el sur del pequeño país. El norte se llamó Reino de Israel y el sur, Reino de Judá. Los asirios conquistaron y destruyeron el reino del norte. Siglos después los babilonios hicieron lo mismo con el del sur. Unas siete décadas más tarde el emperador Ciro, de Persia, auspició el regreso a Jerusalén de los exiliados de Judá. Después de la breve conquista helénica, los macabeos recuperaron la independencia de Israel hasta la conquista romana.
En el año 63 a.C., los romanos conquistaron Jerusalén y destruyeron el Templo. Algunos de los judíos continuaron viviendo en la región, pero fueron gobernados por diferentes imperios, incluyendo los bizantinos, los musulmanes y los otomanos y el resto fueron expulsados a la diáspora. Durante casi 2000 años, la mayoría de los judíos vivieron en tierras de otros pueblos, preservando su religión e identidad colectiva. Aunque habitualmente se encontraban en los márgenes de las sociedades no judías, a menudo gozaban de cierta autonomía como grupo minoritario, particularmente en el plano religioso-legal y su organización interna como comunidad.
Sin embargo, la Edad Media fue un periodo terrible para los judíos europeos. Las autoridades a menudo empleaban ataques contra la población hebrea como válvula de escape de los problemas sociales. Asimismo, hay que destacar que que la historia de los judíos en la Edad Media es compleja y variada y, se desarrolló de manara distinta en diferentes partes del mundo.
Desde finales del siglo XIX y hasta el comienzo de las Segunda Guerra Mundial hubo cinco olas principales de inmigración —Aliá— a Palestina, coincidiendo con un movimiento político surgido en Europa entre los judíos: el sionismo. Los sionistas buscaban la creación de un estado en la Tierra Prometida (Israel). Tras la victoria aliada en la Primera Guerra Mundial, los británicos tomaron el control de la región, que estaba controlada por el Imperio Otomano, y prometieron establecer un estado judío en Palestina.
Así, pocos años después de la finalización de la segunda guerra mundial, el 14 de mayo de 1948, el sionista David Ben-Gurión proclamó la independencia de Israel y la creación de un Estado judio, si bien ya existía en esta región una población judía que había vivido en esta región, Palestina, durante siglos.
El 14 de mayo de 1948, el sionista David Ben-Gurión proclamó la creación del Estado de Israel.


Recursos naturales
Minerales
Israel es conocido por tener unos recursos tanto de minerales como de hidrocarburos muy limitados en comparación con otros países de la región, que son ricos, por ejemplo, en petróleo. Sin embargo, nos es descartable que, a medida que avanza la tecnología y los métodos de exploración mejoran, se vayan descubriendo nuevos yacimientos de minerales, gemas e hidrocarburos susceptibles de ser explotados económicamente, como está sucediendo con los nuevos descubrimientos de yacimientos de gas en el Mar Mediterráneo.
Mínenles no metálicos:
Fosfatos: Israel es conocido por sus depósitos de fosfatos. La empresa Israel Chemicals Ltd. (ICL) ha estado involucrada en la minería y producción de fosfatos, que son esenciales para la fabricación de fertilizantes.
El Mar Muerto contiene depósitos de minerales como potasio, magnesio, bromo y otros. La extracción de minerales del Mar Muerto es una actividad económica significativa en la zona.
Se han identificado depósitos de diversos minerales no metálicos en varias regiones de Israel, incluyendo arcilla, arena, y minerales utilizados en la construcción.
Piedras preciosas. Según el testimonio del profesor austrialiano William Griffin, un geólogo de fama mundial y experto en la corteza terrestre «Israel tiene grandes depósitos que contienen diferentes tipos de piedras preciosas, incluyendo diamantes. Esto es realmente una mina de oro». En los últimos años, la compañía Shefa Yasmin ha estado llevando a cabo exploraciones, principalmente en el área de Carmel, Emek Zabulón, al valle de Jezreel y Ramot Menashe. Uno de los logros de Shefa Yamim se produjo hace dos años, cuando se descubrió un rubí de 1,7 quilates, 8.26 cm, tres veces el tamaño de rubíes encontrados por la empresa hasta entonces.
Minerales metálicos:
Hierro: En 2021, Israel exportó mineral de hierro, convirtiéndolo en el exportador número 83 del mundo. Según el Observatory of Economic Complexity.
Cobre: En 2021, Israel exportó mineral de cobre, convirtiéndolo en el exportador número 87 del mundo. Según el Observatory of Economic Complexity.
Hidrocarburos
Gas Natural: A partir de 2014, Israel produjo más de 7.5 mil millones de metros cúbicos (bcm) de gas natural al año y exportaba gas natural sólo a los territorios palestinos. Israel tenía 199 mil millones de metros cúbicos (cum) de reservas probadas de gas natural en el 2016. El consumo de gas natural en Israel ha aumentado constantemente desde 2003. A pesar de que Israel no es uno de los principales productores de gas natural, la producción del país ha crecido tras el inicio de la producción en varios yacimientos. Su producción anual de gas natural es de 10,474 millones de pies cúbicos, ubicándose en la posición 41ª a nivel mundial. En la primera mitad del 2022, de acuerdo con los informes de la autoridad gubernamental, los beneficios por ventas al extranjero de gas natural aumentaron de los 165 millones de USD hasta los 250 millones, un aumento del 48% respecto del mismo periodo de 2021. De acuerdo con los datos del ministerio israelí, 6.260 millones de metros cúbicos de la producción enero-junio de 2022 fueron destinados al mercado interior israelí, mientras que el resto, 4.590 millones, se destinó a la exportación.
Petróleo: Israel posee unas reservas prácticamente insignificantes de petróleo crudo. Históricamente, Israel dependió de las importaciones externas para satisfacer la mayoría de sus necesidades energéticas, gastando una cantidad equivalente a más del 5% de su PIB por año en 2009 en las importación de productos energéticos. A partir de 2013, Israel importaba alrededor de 100 millones de barriles de petróleo al año. En el 2021 produjo alrededor de 300 barriles de petróleo por día, ubicándose en la posición 76ª a nivel mundial. Además, contó con reservas de petróleo estimadas en 13.953.000 barriles en el año 2022, situándose en la posición 122 del ranking global.


Sociedad y Geografía
Sociedad
La forma del Estado es una república parlamentaria cuyo presidente en estos momentos es Benjamín Netanyahu, del Likud. Israel tiene una población de 9.656.000 habitantes, de los que 7.106.000 son judíos (73,6 %), 2.037.00 son árabes (21,1 %) y unos 513.000 drusos, circasisanos y otros (5,3 %) —Según datos de la Oficina Central de estadísticas de Israel, a 31 de diciembre de 2022—. Su superficie es de 20.325 km2. Su capital es Jerusalén, a falta de reconocimiento internacional, ya que menos de una decena de países ha reconocido como capital. La gran totalidad de las embajadas se mantienen en Tel Aviv a la espera de un acuerdo sobre el estatuto final de Jerusalén. En Jerusalén viven aproximadamente 1 millón de habitantes de los que un tercio son palestinos de Jerusalén Este. El idioma oficial es el hebreo y también se habla el árabe. La moneda oficial es el (Shekel, NSI), 1 shekel = 100 agorot. El cambio, a día de hoy, con el el Euro esta en 1 Shekel = 0,25 €.


Geografía
Israel es un estado situado en Oriente Próximo, a orillas del Mediterráneo. Su geografía es muy diversa, con regiones desérticas en el sur y montañas cubiertas de nieve en el norte. La superficie de Israel es de aproximadamente 20 325 km², incluyendo 445 km² de aguas continentales. La extensión de Israel de norte a sur es de 424 km, y en el oeste hasta su punto más oriental, 114 km, siendo el punto más entecho de solo 15 km. Limita al norte con el Líbano y Siria, al este con Siria (Altos del Golán), Cisjordania y Jordania, al sur con la franja de Gaza, Egipto y Jordania y al oeste con el Mar Mediterráneo (mar territorial de Chipre), que constituye la mayoría de los 273 kilómetros de costa israelí. El sur de Israel está dominado por el desierto del Néguev, que cubre más de la mitad de la superficie total del país. Al norte del Néguev se encuentra el desierto de Judea que, en su frontera con Jordania, contiene al Mar Muerto que, a - 417 metros por debajo del nivel del mar, es el punto más bajo de la Tierra. La región central de Israel está dominada por las colinas de Judea, mientras que la costa norte y central se compone de la plana y fértil llanura costera de Israel. Al norte de esta región se encuentran las serranías del Monte Carmelo, que es continuado por el fértil Valle de Jezreel y las colinas de la región de la Galilea. El río Jordán es el río más largo de Israel con una longitud de 330 km.


Economía






Variables macroeconómicas
El Producto Interior Bruto (PIB) de Israel promedió 120,82 mil millones de dólares desde 1960 hasta 2022, alcanzando un máximo histórico de 522,03 mil millones de dólares en 2022 y un mínimo histórico de 2,60 mil millones de dólares en 1962. El PIB de Israel tenía un valor de 522.03 mil millones de dólares estadounidenses en 2022, según datos oficiales del Banco Mundial. El valor del PIB de Israel representa el 0,22 por ciento de la economía mundial. Fuente: Banco Mundial.
El Producto Interior Bruto per cápita en Israel se registró por última vez en 42.594,32 dólares estadounidenses en 2022. El PIB per cápita en Israel es equivalente al 337 por ciento de la media mundial. El PIB per cápita en Israel promedió 32.171,77 USD desde 1991 hasta 2022, alcanzando un máximo histórico de 42594,32 USD en 2022 y un mínimo histórico de 25872,23 USD en 1995. Fuente: Banco Mundial.
La tasa de inflación anual de Israel se redujo al 3,3 % en noviembre de 2023, desde el 3,7 % del mes anterior y por debajo de las expectativas del mercado del 3,6 %. Este es el valor más bajo en cuatro meses. La tasa de inflación en Israel disminuyó al 3,30 por ciento en noviembre desde el 3,70 por ciento en octubre de 2023. La tasa de inflación en Israel fue de un promedio del 27,19 por ciento desde 1952 hasta 2023, alcanzando un máximo histórico del 486,20 por ciento en noviembre de 1984 y un mínimo histórico del -2,70 por ciento en marzo de 2004. Fuente: Oficina Central de Estadística, Israel.
La tasa de desempleo en Israel cayó al 2,8 % en noviembre de 2023, de un 3 % revisado a la baja en el mes anterior. La tasa de participación en la fuerza laboral experimentó una ligera disminución al 62,3 % desde el 63,8 % en octubre, mientras que la tasa de empleo también experimentó una disminución marginal al 60,5% desde el 61 %. Fuente: Oficina Central de Estadística, Israel.
El gasto militar en Israel disminuyó a 23406,10 millones de dólares en 2022 desde 24341 millones de dólares en 2021. El gasto militar en Israel promedió 6930,12 millones de dólares desde 1951 hasta 2022, alcanzando un máximo histórico de 24341,00 millones de dólares en 2021 y un mínimo histórico de 57,60 millones de dólares en 1954. Fuente: SIPRI.
La balanza comercial de Israel registró un déficit comercial de 1511,30 millones de dólares en noviembre de 2023. La balanza comercial en Israel tuvo un promedio de -639,13 millones de dólares desde 1959 hasta 2023, alcanzando un máximo histórico de 113,80 millones de dólares en mayo de 2009 y un mínimo histórico de -5178,20 millones de dólares en mayo de 2022.El déficit comercial en Israel se redujo año tras año a 1.511,3 millones de dólares en noviembre de 2023, desde 2.192,4 millones de dólares en el mes correspondiente del año anterior. Las exportaciones cayeron un 18,4 por ciento desde hace un año a 4.911,4 millones de dólares, mientras que las importaciones disminuyeron un 21,8 por ciento a un mínimo de tres años de 6.422,7 millones de dólares. Fuente: Oficina Central de Estadística, Israel.
Conclusiones
Francois Quesnay (1694-1774) médico de madame de Pompadour —la amante favorita del rey Luis XV— era la figura más importante de un grupo de pensadores que se reunían todos los martes en el palacio del rey para hablar de distintos asuntos relacionados con el gobierno del reino y, entre ellos, de economía. Quesnay consideraba que la naturaleza (los campos, la agricultura, los minerales, los ríos, la caza), es decir, la abundancia de recursos naturales que tuviera una nación, era lo que determinaba que fuera rica o pobre. Las ideas de este grupo de pensadores llegaron a conocerse como fisiocracia, que significa «gobierno de la naturaleza». Unos años después, Adam Smith (1723-1790), economista y filósofo escocés, que escribió, posiblemente, el libro más famoso de la historia de la economía, que se publicó en 1776 y tuvo por título La riqueza de las naciones, presentó una nueva forma de entender lo que era la riqueza en contraposición con lo que creían los fisiócratas. Para Smith la riqueza de una nación era la cantidad de bienes que produce la economía de un país para sus ciudadanos (camisas, cerveza, pan…) y no depende única y exclusivamente de los recursos naturales que tuviera dicho país. Estas ideas de Smith siguen vigentes y están asumidas por los economistas actuales.
Todavía, a día de hoy, solemos pensar que la abundancia de recursos naturales en el suelo y subsuelo implica la riqueza de un país y, por ende, de sus ciudadanos. Sí es verdad que estos recursos cuentan. Es mejor tener petróleo que no tenerlo, mejor tener metales raros que no tenerlos. Ahora bien, los recursos no son garantía de riqueza de la región si no se saben gestionar. Por poner un ejemplo, los noruegos con el petróleo se han enriquecido pero Mozambique, no. Hay países en África y América Latina con ingentes recursos naturales, muy pobres en comparación con Japón, sin apenas ningún recurso natural. Hay, incluso, una paradoja que recoge este fenómeno. Es un término acuñado por el economista Richard Auty: la «paradoja de la abundancia» o la «maldición de los recursos». Países con muchos recursos pasan a tener un nivel de riqueza muy inferior a otros sin apenas potencial natural.
Analizando los datos previos de Israel, tanto de recursos naturales como de las variables macroeconómicas, podemos afirmar claramente que estamos ante un país con unos recursos naturales muy escasos y una economía de mercado muy avanzada y sólida.
¿Qué es lo que hace que Israel tenga esta renta per cápita, casi el doble que la de España? Israel tiene una serie de particularidades que la distinguen del resto de países. Por un lado, Israel (9,5 millones de habitantes) es un país que esta rodeado, excepto por el oeste bañado por el mar Mediterráneo, por países de religión musulmana (que suman más de 350 millones de habitantes) con los que tuvo y tiene, en la actualidad, distintos conflictos, lo que hace que sus ciudadanos muestren una gran resiliencia que les permite afrontar situaciones complejas y reponerse mucho más rápido que otras sociedades. Por otro lado, esta constante presión de sus vecinos hace que el país esté continuamente buscando la subsistencia a través de la superioridad tecnológica. Israel, a día de hoy, compite directamente con Silicom Valley, en EEUU, como polo de creación de startups tecnológicas, convirtiéndose en la segunda potencia tecnológica mundial.
Para poder llegar a desarrollar ese potencial tecnológico es necesario contar con mano de obra muy cualifica. Israel tiene una apuesta clara por la educación de los jóvenes donde la ingeniería ocupa un lugar destacado dentro de la formación universitaria. El país puede presumir de tener 140 ingenieros por cada 10.000 trabajadores, la cifra más alta del mundo. Así mismo, según recoge el World Economic Forum, Israel produce 249,2 patentes/año por cada millón de habitantes, lo que la sitúa en el cuarto puesto mundial solo por detrás de Taiwan, Japón y EEUU.
Otro dato revelador del espíritu de trabajo y superación del pueblo judío es que, pese a suponer apenas el 0,2 % de la población mundial, han ganado más del 20 % de los Premios Nobel. A todo lo anterior hay que añadir que Israel es el país que más invierte del mundo en I+D+I, en porcentaje de su PIB (4,2 %).
Esta apuesta clara por la tecnología hizo que Israel afrontara las dos crisis más importantes de este siglo (Crisis de las subprime en 2007-2008 y Covid-19 en 2020) de una forma distinta a la mayoría de los países del mundo. Israel no sufrió la gran recesión de 2008 y 2009, la peor del mundo occidental desde la Gran Depresión de la década de 1930, porque la industria de alta tecnología en todo el mundo apenas se resintió. La posterior crisis relacionada con la pandemia del Covid-19 tampoco devastó la economía israelita como la de otros países de la OCDE por que la industria de alta tecnología volvió a ser la que mejor resistió la crisis.
Así mismo no se puede perder de vista que Israel, a día de hoy, está inmersa en una guerra con Hamas, en la Franja de Gaza, de dimensiones impredecibles. Y, como decía uno de los generales más famosos de todos los tiempos, Napoleón Bonaparte (1769-1821): «Para hacer la guerra hacen falta tres cosas: dinero, dinero y más dinero. Hay guerras más baratas pero se suelen perder». Una de las bazas que Israel para poder hacer frente a sus enemigos es su potente economía basada en la alta tecnología, que aplica al terreno militar.
En resumen, la resiliencia de su población, la apuesta clara y decidida por la educación y su espíritu innovador e investigador convierten a Israel en una de las economías de las más avanzadas del mundo, pese a no disponer de grandes recursos naturales.