Accede a vídeos, infografías, artículos, ensayos, informes y a multitud de datos relacionados con la geopolítica, la economía, la energía y los recursos naturales

El pulso de Persia

Análisis de la capacidad económica y militar de Irán ante un posible enfrentamiento directo con Israel

ARTÍCULOIRÁNORIENTE MEDIOGEOPOLÍTICAECONOMÍA

José Manuel Cueto González

8/9/202417 min read

Irán, un gigante con una historia milenaria que, a día de hoy, se encuentra inmerso en una guerra asimétrica e indirecta contra el estado de Israel a través sus aliados regionales en la zona: Hamas y la Yihad Islámica en la Franja de Gaza, Hezbolá en el Líbano y los hutíes en Yemen.

Localización de Irán en el mundo

El mundo se encuentra inmerso en dos conflictos armados de consecuencias imprevisibles, tanto para los países vecinos como para el resto de la comunidad internacional. Por un lado, Rusia lleva desde el 24 de febrero de 2022, que invadió Ucrania, luchando encarnizadamente contra el ejército y población ucraniana por hacerse con una parte importante del país, la más rica en recursos naturales e industriales. Por otro lado, Israel declaró el estado de guerra por primera vez desde 1973, después de los acontecimientos acaecidos el 27 de octubre de 2023, cuando Hamas atacó por sorpresa desde la Franja de Gaza el sur del país. Ese día al menos 1.200 personas fallecieron, en su mayoría civiles, a manos de Hamas y 253 fueron fueron capturados y tomados como rehenes. Esto originó la respuesta de Israel mediante la denominada «Operación Espada de Hierro». Según el Ministerio de Salud de la Franja, dirigido por Hamás, a día de hoy han fallecido aproximadamente 33.000 personas.

Cabe destacar que en ambos conflictos aparece Irán como parte implicada, no directamente pero sí de forma indirecta. En el tablero geopolítico que configura la guerra en Ucrania, Irán emerge como un aliado estratégico de Rusia, proporcionando un apoyo que va más allá de la diplomacia. Según fuentes occidentales, Teherán ha intensificado su respaldo militar a Moscú, principalmente a través del suministro de drones de combate y asistencia técnica. Este apoyo iraní no solo refleja una alianza táctica sino que también desafía el equilibrio de poder establecido, provocando la condena del G7 y la imposición de sanciones por parte del Consejo Europeo. La implicación directa de personal militar iraní en Crimea, entrenando y asistiendo en el manejo de estos drones, subraya la profundidad de su compromiso con Rusia, que es recíproco, lo que ha generado una preocupación global sobre las consecuencias de esta cooperación en la prolongación del conflicto.

Asimismo, la sombra de Irán planea sobre el conflicto en la Franja de Gaza, donde su influencia se manifiesta en un apoyo encubierto pero decisivo a Hamás en su enfrentamiento con Israel. Aunque Teherán niega cualquier implicación directa, las evidencias sugieren que su mano se extiende en forma de financiación, asesoramiento militar, suministro de armamento y entrenamiento a los combatientes de Hamás. Este apoyo indirecto, que se canaliza a través de una red de aliados y organizaciones proxy (Hezbolá en Líbano y los hutíes en Yemen), no solo fortalece la capacidad de Hamás, sino que también representa una extensión del conflicto iraní-israelí a otro frente. La estrategia de guerra por delegación de Irán, que incluye el envío de drones y misiles, así como la transferencia de conocimientos técnicos, se ha convertido en un factor crítico que agrava la ya tensa situación en el polvorín de Oriente Medio.

Geografía

Irán está situado en el corazón de Asia Occidental, cuenta con una superficie de 17.745.150 Km2 y una población de 89.179.767 habitantes, de los cuales, aproximadamente 14 millones viven en Teherán, su capital. Limita al norte con Armenia, Azerbaiyán, el mar Caspio y Turkmenistán; al este con Afganistán y Pakistán; al oeste con Turquía y con Irak; y al sur con el Golfo Pérsico y el Mar de Omán. Este vasto territorio configura al país como el 17º más grande del mundo. Su topografía está dominada por varias cordilleras que configuran la meseta iraní que alberga una rica variedad de flora y fauna. Destacan los montes Zagros (en el suroeste) y los montes Elbruz (en el norte), así como el desierto de Kavir y de Lut.

Geografía de Irán

Historia

Irán alberga una de las civilizaciones más antiguas del mundo. El filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel describió al pueblo persa como el «primer pueblo histórico». La historia de Irán, antiguamente conocida como Persia, es rica y variada, con raíces que se remontan en el tiempo a miles de años. En el siglo VI a.C., Ciro el Grande fundó el Imperio aqueménida, que se expandió rápidamente para convertirse en uno de los mayores imperios del mundo antiguo, conocido por su eficaz administración y tolerancia cultural. Persépolis fue la sede del poder y capital ceremonial de los tres continentes que formaban el Imperio Persa. Tras la caída de los aqueménidas, Irán fue gobernado por el Imperio Seléucida, el Imperio Parto y el Imperio Sasánida. Este último imperio podrá decirse que trajo consigo los mayores logros de la civilización persa hasta la llegada del Islam en el siglo VII, que transformó profundamente su cultura y estructura política. Previó al Islam, el zoroastrismo fue la principal religión de Irán. La conquista islámica integró a Persia en el califato islámico, fomentando el florecimiento de una rica tradición islámica persa. La islamización de Irán fue un proceso lento que abarcó desde el siglo VIII al siglo X.

Durante la Edad Media y la era moderna temprana, Irán fue escenario de invasiones y cambios de dinastías, incluyendo los Mongoles y los Timúridas (1370-1507), hasta la llegada de los Safávidas (1501-1736) en el siglo XVI, quienes establecieron el chiísmo como la religión oficial. Antes la mayoría de los iraníes eran suníes. En el siglo XVIII, los Safávidas fueron reemplazados por los Afsáridas y luego por los Qajar, hasta que la dinastía Pahlaví tomó el poder en 1925, modernizando el país y acercándolo a Occidente. Sin embargo, la Revolución Islámica de 1979 marcó un punto de inflexión, derrocando a la monarquía e instaurando una república islámica bajo el liderazgo del Ayatolá Jomeini, lo que ha definido la política y la sociedad iraní hasta el día de hoy.

Recursos Naturales

Irán cuenta con una gran variedad de recursos naturales. Entre sus tesoros subterráneos destacan las reservas de petróleo, gas natural y carbón, que lo posicionan como un actor clave en el mercado energético global. Además, su suelo esconde valiosos minerales como hierro, plomo, zinc, cobre, uranio y oro, que contribuyen significativamente a su economía.

Hidrocarburos

Irán es uno de los mayores productores del mundo de petróleo. A pesar de las fluctuaciones en la producción, debido a factores políticos y económicos, Irán ha mantenido una producción significativa de petróleo crudo. En 2021 se posicionó como el tercer productor de petróleo de la OPED por detrás de Arabia Saudí e Irak y como noveno productor del mundo con una producción aproximada de 3 millones de barriles por día. Asimismo, Irán posee las terceras mayores reservas de crudo del mundo con 208.600 millones de barriles (fuente: World Population Review). Sin embargo, la producción ha disminuido desde su pico en 1974 debido a la revolución iraní de 1979, la guerra con Irak, sanciones internacionales, y la declinación natural de los campos petroleros. Actualmente, se estima que solo se puede extraer entre el 20% y el 25% del petróleo de los embalses carbonatados de Irán, un porcentaje inferior al promedio mundial.

Además de petróleo, Irán se posicionó como el tercer país del mundo, en cuanto a producción de gas natural se refiere, con una producción de 260 bcm en 2022. Dispone, también de las segundas mayores reservas de gas natural de la Tierra con 33.721 bcm (fuente: Intenational Energy Agency —IEA—). Estas vastas reservas representan un recurso estratégico crucial para Irán y son un componente esencial de su economía y exportaciones energéticas. Se prevé que la producción de gas siga aumentando hasta el 2030.

Respecto a otro de los hidrocarburos más utilizados en el mundo como fuente de energía, el carbón, Irán se situó en un modesto 44 puesto a nivel mundial con una producción de 2 millones de toneladas métricas en 2022 (Fuente: Enerdata).

Metales

Irán también es uno de los países más ricos en recursos minerales metálicos en Oriente Medio, destacando por su abundancia en hierro, cobre, zinc y plomo, entre otros. El país posee algunos de los yacimientos más significativos de estos minerales en la región, lo que lo posiciona como un actor clave en la industria minera global. El depósito de Sar Cheshmeh en la provincia de Kerman es uno de los mayores yacimientos de cobre del mundo, con reservas significativas que han permitido a Irán convertirse en un importante productor de este metal. Además, el país cuenta con amplias reservas de hierro lo que lo posicionó como el sexto productor de este mineral a nivel mundial en 2023 con una producción de 77 millones de toneladas (Fuente: Servicio Geológico de EE. UU.). La mina de Chadormalu en la provincia de Yazd, que es uno de los mayores depósitos de hierro a nivel nacional. También destacan las minas de Angouran y Mehdiabad, conocidas por sus ricos depósitos de zinc y plomo, respectivamente. En 2023 Irán fue el duodécimo productor de plomo del mundo con una producción de 50.000 toneladas métricas. Asimismo se posicionó en décimo lugar en cuanto a reservas de este metal con un total de 2 millones de toneladas métricas (fuente: Statista) Estos recursos no solo impulsan la economía iraní, sino que también representan un componente estratégico en sus exportaciones y desarrollo industrial.

Recursos naturales de Irán

Economía

Hoy en día, la economía de Irán se enfrenta a una serie de desafíos significativos, influenciada por una combinación de factores internos y externos. Las sanciones internacionales, especialmente las impuestas por Estados Unidos, han afectado gravemente a la economía iraní, limitando sus exportaciones de petróleo y restringiendo el acceso a los mercados financieros globales. Esto ha provocado una alta inflación y una devaluación significativa de la moneda nacional, el Rial, (1€ equivale a 45.850,53 riales iraníes) afectando negativamente al poder adquisitivo de los ciudadanos y aumentando el coste de la vida. Además, la pandemia de COVID-19 exacerbó las dificultades económicas, reduciendo aún más la actividad económica y el empleo.

A pesar de estos retos, Irán sigue teniendo un potencial económico considerable gracias a sus vastos recursos naturales (unas de las mayores reservas de petróleo y gas del mundo). El país cuenta también con una industria agrícola robusta y sectores manufactureros y de servicios en crecimiento. El gobierno iraní ha intentado diversificar la economía para reducir la dependencia del petróleo, fomentando el desarrollo de industrias no petroleras y promoviendo el comercio regional. Sin embargo, la economía se enfrenta a grandes incertidumbres debido a la inestabilidad política y las tensiones geopolíticas de sus entorno. A largo plazo, la mejora de la economía iraní dependerá en gran medida de la posibilidad, por un lado, de llegar a acuerdos sobre su programa nuclear y, lograr el alivio de las sanciones y, por otro, rebajar las tensiones geopolíticas con Israel. A continuación se muestran algunos de los datos macroeconómicos más significativos de la economía iraní con un breve análisis.

Datos macroeconómicos (Banco Mundial)

El Producto Interior Bruto (PIB). El valor del PIB en 2023 fue de 401,50 mil millones de dólares estadounidenses, situándose en el quinto puesto de los países de Oriente Medio, por detrás de Arabia Saudí, Turquía , Israel y Egipto, según datos oficiales del Banco Mundial. El PIB en Irán promedió 181,26 mil millones de dólares desde 1960 hasta 2023, alcanzando un máximo histórico de 644,04 mil millones de dólares en 2012 y un mínimo histórico de 4,20 mil millones de dólares en 1960.

El Producto Interior Bruto per cápita. El PIB per cápita de Irán se estuvo moviendo a lo largo de los últimos 10 años en torno a los 5000 dólares estadounidenses, situándose en el puesto número 14 de los países de Oriente Medio a mucha distancia de Qatar e Israel, primero y segundo respectivamente con 86.554 y 56.310,42 dólares. Los ciudadanos iraníes dispusieron de 5739,94 dólares estadounidenses en 2023. El PIB per cápita de Irán está en 45 % de la media mundial y promedió 4531,61 USD desde 1960 hasta 2023, alcanzando un máximo histórico de 7622,34 USD en 1976 y un mínimo histórico de 2348,43 USD en 1960. Fuente: Banco Mundial.

La tasa de inflación anual en Irán se redujo en un año aproximadamente un 10 % pasando del 42,6 % del mes de junio de 2023 hasta el 31,9 % del mismo mes de 2024. Aunque durante el último mes sufrió un incremento de un 1,9 %, principalmente debido al aumento en el coste de los alimentos y las bebidas no alcohólicas (25,8% frente al 22,7% en mayo), que continuó aumentando durante el cuarto mes. Otros contribuyentes del aumento fueron la vivienda, el agua, la electricidad, el gas y otros combustibles (41,2 % frente al 41,8 %); el transporte (21,7 % frente al 26 %); la salud (33,2 % frente al 30,3 %); la ropa y el calzado (34,1 % frente al 35,5 %), y los muebles y el equipo doméstico (25,5 % frente al 27 %). Mensualmente, los precios al consumidor sufrieron un incremento de un 2,7 %. Fuente: Centro Estadístico de Irán.

La tasa de desempleo en Irán disminuyó al 7,70 % en el segundo trimestre de 2024 desde el 8,60 % en el primer trimestre de 2024, dicha tasa promedió el 11,12 % desde 2001 hasta 2024, alcanzando un máximo histórico del 14,70 % en el primer trimestre de 2002 y un mínimo histórico del 7,60 % en el cuarto trimestre de 2023. Fuente: Banco Central de Irán.

La tasa de interés de referencia en Irán se estableció en el último año en el 23 %. La tasa de interés en Irán promedió el 17,46 % desde 1973 hasta 2024, alcanzando un máximo histórico del 23 % en enero de 2023 y un mínimo histórico del 10 % en diciembre de 1979. Fuente: Banco Central de Irán.

Irán registró un déficit en la balanza comercial de 5630 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2023 y promedió 4147,91 millones de dólares desde 1974 hasta 2023, alcanzando un máximo histórico de 20.935 millones de dólares en el segundo trimestre de 2011 y un mínimo histórico de -6529 millones de dólares en el cuarto trimestre de 1992. Fuente: Banco Central de Irán.

La deuda externa en Irán disminuyó a 5142 millones de dólares en 2023 desde 6282 millones de dólares en 2022 y promedió 14.687,89 millones de dólares desde 1993 hasta 2023, alcanzando un máximo histórico de 28.647,10 millones de dólares en 2007 y un mínimo histórico de 5107,20 millones de dólares en 2014. fuente: Banco Central de Irán

El gasto militar en Irán aumentó a 10.283,10 millones de dólares en 2023 desde 7334 millones de dólares en 2022, situándose en sexto mayor gasto por de los países de Oriente Medio. Asimismo, promedió 7234,20 millones de dólares desde 1960 hasta 2023, alcanzando un máximo histórico de 19.732,60 millones de dólares en 1992 y un mínimo histórico de 98,70 millones de dólares en 1960. Fuente: SIPRI

Capacidad militar

Irán ocupa un lugar destacado en el panorama militar mundial, situándose en la posición 14 del mundo como país con mayor poder militar según el portal Global Firepower. Con un presupuesto militar de, aproximadamente 9521 millones de euros en 2023 (SIPRI), y un gasto por habitante en defensa de 95 € que lo posiciona en el puesto número 12 de los países que configuran Oriente Medio. El país ha desarrollado una fuerza armada robusta y diversificada. Cuenta con 610.000 efectivos militares activos, apoyados por 350.000 reservistas y 220.000 paramilitares, lo que le permite desplegar una fuerza considerable en situaciones de conflicto. Su arsenal incluye 551 aeronaves, 129 helicópteros y 1996 carros de combate, lo que evidencia su capacidad para llevar a cabo operaciones tanto defensivas como ofensivas en múltiples situaciones y frentes.

En el ámbito de la artillería y la defensa aérea, Irán dispone de 775 lanzacohetes y 3000 misiles balísticos, componentes cruciales para su estrategia de disuasión y proyección de poder. La marina iraní también juega un papel esencial, con 19 submarinos y 101 activos navales que garantizan el control sobre las rutas marítimas estratégicas en el Golfo Pérsico y más allá. Además, el país ha desarrollado una notable flota de 3.894 drones, que le proporciona una ventaja en vigilancia, reconocimiento y ataques precisos a larga distancia, como el llevado acabo contra Israel el pasado sábado, 12 de abril, en la operación «Promesa Verdadera». En esta ofensiva se utilizaron los drones kamikaze Shahed-136, también utilizados por Rusia en la guerra con Ucrania.

La industria armamentística de Irán ha hecho avances significativos en las últimas décadas, desarrollando tecnologías autóctonas que le han permitido sortear las restricciones internacionales y embargos. El país ha invertido en la producción de misiles balísticos y de crucero, así como en la fabricación de vehículos aéreos no tripulados (drones) de última generación. Estos desarrollos no solo refuerzan su capacidad defensiva y ofensiva, sino que también demuestran su autosuficiencia en tecnología militar avanzada. La combinación de una sólida infraestructura industrial y un enfoque en la innovación tecnológica lo convierten en uno de los países con mayor poder militar en la región.

Capacidad militar del ejército iraní

Conclusiones

Irán se encuentra en estos momentos en una encrucijada. Por un lado, el asesinato en su territorio del líder de Hamas, Ismael Haniyeh, en un ataque perpetrado en el corazón de su capital, Teherán, fuerza al gobierno iraní a dar una respuesta contundente a Israel, lo que podría llevar a la región a una guerra a gran escala. El ayatolá Alí Jamenei señaló «que Israel ha preparado el terreno para un castigo severo». Por otro lado, sabe que un enfrentamiento directo contra Israel conlleva la implicación directa de los EE.UU. con lo que esto puede suponer para la propia supervivencia del régimen de los ayatolás.

La respuesta que Irán pueda dar tiene que ser muy meditada y valorando sus terribles consecuencias para el pueblo iraní. Cambiar las reglas del conflicto que Irán mantiene, a día de hoy, con Israel a través de su red de aliados (Hamás en la Franja de Gaza, Hezbolá en Líbano y los hutíes en Yemen) y entrar en un conflicto directo con Israel y los EE. UU. tendría consecuencias impredecibles para su población y economía. La capacidad económica para sostener en el tiempo un enfrentamiento contra Israel, respaldado por el poder económico y militar de Estados Unidos, plantea una serie de retos para el país de muy dudosa solución. Este escenario bélico desencadenaría una serie de eventos con ramificaciones políticas, económicas y humanitarias significativas tanto para para los países enfrentados como para el resto de la comunidad internacional.

Un enfrentamiento militar directo podría llegar a causar una crisis humanitaria sin precedentes en una región —Oriente Medio— ya de por sí castigada por los distintos conflictos que viene padeciendo durante los últimos años. Las poblaciones civiles en ambos lados sufrirían debido a los bombardeos, ataques con misiles y otras acciones militares. Los desplazamientos forzados de personas, la destrucción de infraestructuras críticas y la interrupción de los servicios esenciales serían inevitables.

Países que conforman la región de Oriente Medio

Oriente Medio es una región caracterizada por una enorme inestabilidad regional, y un conflicto directo entre Irán e Israel exacerbaría esta situación. Irán podría movilizar a sus aliados y grupos armados en Líbano (Hezbolá), en Irak (la Resistencia Islámica), en Yemen (Los Hutíes), en Siria (la Brigada Fatemiyún y la Brigada Zainebiyún), en Baréin (Las Brigadas Al-Ashtar), en Gaza y Cisjordania (Hamás y la Yihad Islámica), desestabilizando aún más estos países y expandiendo el tablero de operaciones militares. Los enfrentamientos podrían extenderse a otros países como Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, incrementando las tensiones sectarias y políticas en la región.

Milicias de Irán en Oriente Medio. Fuente Council on Foreign Relations (CFR)

Un conflicto a gran escala en la región provocaría un impacto económico de dimensiones impredecibles no solo en la zona, sino en todo el planeta. Hay que tener en cuenta que la región del Golfo Pérsico es crucial para el suministro global de petróleo. Un conflicto a gran escala podría interrumpir el transporte de petróleo a través del Estrecho de Ormuz, lugar por donde transitan unos 20,5 millones de barriles de petróleo diarios, casi el 30 % del comercio marítimo internacional de este tipo de productos. Esta interrupción provocaría un aumento significativo en los precios del petróleo, lo que podría desencadenar otra crisis inflacionaria a nivel mundial.

Otro de los efectos que este enfrentamiento directo entre Israel e Irán podría desencadenar es que el apoyo explícito de Estados Unidos a Israel podría involucrar a otras potencias mundiales. Rusia y China, que han mostrado simpatías hacia Irán, podrían verse implicadas de manera directa o indirecta. La escalada del conflicto podría llevar a una confrontación entre grandes potencias, incrementando el riesgo de una guerra a mayor escala.

Como medida de disuasión, un conflicto directo alentaría a otros países de la región a aumentar su gasto militar y rearmarse en busca de nuevo armamento más avanzado y letal. Esta proliferación de armas podría derivar en conflictos secundarios en otras partes de Oriente Medio y países limítrofes. La carrera armamentista regional incrementaría el riesgo de conflictos futuros, haciendo más difícil alcanzar la estabilidad a largo plazo.

Otra de las posibles consecuencias de un enfrentamiento directo es que pueda alterar las alianzas y relaciones diplomáticas existentes. Países que tradicionalmente han sido aliados de Estados Unidos podrían verse obligados a reconsiderar sus posiciones. Se podrían formar nuevas alianzas con lo que ello supondría para la diplomacia internacional. Se pondría a prueba el papel de organizaciones internacionales como Naciones Unidas en su capacidad para mediar y resolver el conflicto, así como las nuevas tensiones que surjan.

Por otro lado, la capacidad militar de Irán para enfrentarse directamente con Israel, especialmente si cuenta con el apoyo de Estados Unidos, revela una asimetría significativa en términos de recursos económicos, tecnología, poder de fuego y recursos estratégicos. Irán posee un ejército considerable, con fuerzas terrestres, aéreas y navales bien entrenadas, y ha desarrollado misiles balísticos y drones de manera significativa en los últimos años. Además, cuenta con grupos aliados y milicias en la región que pueden actuar como fuerzas proxy. Sin embargo, Israel, con el respaldo de Estados Unidos, tiene una ventaja clara en tecnología avanzada, inteligencia militar, recursos económicos y capacidad logística además de contar con armamento nuclear. Estados Unidos aporta un poder aéreo y naval superior, sistemas de defensa antimisiles sofisticados y una infraestructura militar global que permite una rápida movilización y apoyo en conflicto. Esta disparidad sugiere que, aunque Irán puede causar daños significativos y mantener una lucha prolongada, la combinación del poder militar de Israel y Estados Unidos sería claramente superior en un enfrentamiento directo.

Sun Tzu, destacado general, estratega militar y filósofo chino, que vivió durante el período de los Estados Combatientes (aproximadamente entre los siglos VI y V a.C.),  recogía en su libro El Arte de la Guerra que «El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar». Reflexión que nos lleva a defender hasta el último segundo previo al desencadenamiento de un conflicto bélico la importancia de la diplomacia, destacando que la mejor victoria es aquella que se obtiene sin derramamiento de sangre.